MI HISTORIA

Mi nombre es Karolina Peños y este es uno de los proyectos de mi vida. Sin duda, de los más intensos y productivos.

Alguien una vez me dio un gran consejo; "Focaliza! " y desde que lo hice, comenzó a crearse el camino, con destino infinito y sabiendo donde esta el centro. Creo que focalizar es un gran tesoro y por eso os animo a que lo hagáis en vuestras vidas. Poco a poco y con el foco puesto.

Te voy a llevar de viaje por mi sendero vivido hasta los 38 años que tengo, por lo que si ya estas leyendo una novela, pues puedes  saltar directamente a la tiendita y decidir cuales de los productos que formulo, pueden ayudarte a sentirte más, limpia, hidratada, y cuidada, pero antes debes saber que esos productos son posibles por este viaje, y tienen la calidad que tienen por el camino recorrido.

Hoy por hoy, no tenemos mucha idea de las propiedades reales de un producto que tiene una etiqueta que lo define a groso modo y tampoco sabemos de donde vienen los productos que ingerimos o respiramos o aplicamos en nuestra piel. Los incluimos en nuestro ser, haciéndolos parte de nosotras mismas sin ser del todo conscientes cuanto pueden afectarnos, para bien o para mal. Así que por ello, te animo a que sigas pasando un rato leyendo esta historia, me conozcas un poquito y entablemos una relación, un poquito más cercana, aunque sea virtual.

Desde chiquitina mi abuelo Avelino, me conectó a la tierra, a la azada, a las zanahorias recién sacadas, frescas llenas de tierra e hiper mega super piper sabrosas, que me comía en verano!!. Esencias grabadas bajo la piel.

Mi madre Pilar, me transmitió la pasión por las plantas, no importaba cual o cuantas, pero siempre aportando belleza y sobre todo la constancia de mantenerlas con vida, de ocuparse, continuar y no tirar la toalla, un tesoro indestructible. 

Mis 6 hermanas y hermanos me enseñaron a tener iniciativa, despierta a aprender sin palabras, a hacer lo que viese allá donde fuese, a dejar las tonterías a un lado y creer en mi misma, en que lo impuesto era humo y que podía ir más allá de los limites. Sin duda, ellos y ellas me enseñaron a ser de verdad y a luchar por lo que creo sin miedo y con entrega. 

A los 10  años hice mi primera animación infantil en un cumple del barrio. Vestida de payasa, sin saberlo, estaba comenzando a forjar mi camino de expresión, alegría y sin vergüenza. Os cuento esto porque a sido necesario este camino de más de 15 años en el mundo de la farándula para llegar hasta aquí.

Por un lado, por la parte económica, que es la que ha mantenido este proyecto en sus inicios y, por otro lado porque creo que cuando trabajas en la calle, como lo hacemos los y las artesanas, necesitas ser una sin vergüenza, permitir ser el foco de atención, tener algo preparado para el show y por supuesto creer en ti misma y en lo que estas haciendo. Esta es una de las maneras o quizás la única manera de que alguien que no sabe quién eres, qué haces y por qué, acceda con confianza a adquirir uno de tus productos y hacerlos parte de su propio ser, aplicándoselos en la piel y el cabello.  

Entonces, llegó la pandemia, ó como la quieras llamar. Todos a casa a dar palmas. Y todos los y  las faranduleras, nos encontramos que nuestro trabajo, como el de otros muchos sectores, se habían cerrado y no había más que hacer. Te digo lo que nos pasó, que cuando una para y se aísla, lo que sale, es lo que tiene dentro, grabado a fuego, lo que es parte de una misma, tu yo auténtico.  Con esta reflexión, quiero darle fuerza a la gratitud y desplazar la queja que nada aporta. Por ello,  doy gracias a ese periodo que tuvimos de parar, de encontrarnos a nosotras mismas. 

En ese periodo yo me encontraba aislada de una manera privilegiada en lo alto de la montaña, en un caserío de Gipuzkoa. Con las personas que quería, y con toda la libertad de encontrar mi conexión con la naturaleza y el tiempo para ello.

Alrededor había mucho terreno, con una cantidad inmensa de  Úrtica Dioica o lo que es lo mismo Ortigas. Por mi realización de cursos de plantas medicinales y mi curiosidad infantil, sabía que las Ortigas pican y mucho. Fuera bromas, sabia que activan la circulación, fomentan el fortalecimiento de la raíz capilar, (folículo piloso), limpian la sangre en infusión o en el cocido. Me propuse aprovecharlas, y así comenzó el viaje de KAROLA KOSMETIKA NATURALA, desde la abundancia y el aprovechar los recursos que te da la vida. 

Decidí hacer un champú anti caída y fortalecedor del cabello.  Para ello, comencé a buscar información en libros y apuntes, que tenía en carpetas, dentro de cajas, llenas de polvo y repletas de información.

Una cosa me llevó a la otra y hable con Eugenia, una amiga de Cádiz, que es bruja entera y quien ya practicaba la alquimia y otras técnicas, consiguiendo productos limpios y sanos para cuidar de nuestras afecciones. Ella me dió la mejor receta del mundo porque ahí es donde se despertaron mis semillas de sabiduría técnica, que adquirí cuando estudié química ambiental. Ella me dio la semilla y me permití jugar con las cantidades, las combinaciones y acabé haciendo mi primer champú sólido. 

Yo, muy contenta, se lo regalé a las personas de mi círculo cercano y ellas me lo agradecieron, hasta que las paredes de su ducha se llenaron de restos de plantas verdes y su desagüe sufría de atascamiento por el mismo motivo, por lo demás el champú dejaba el pelo sedoso, limpio y sin peso. 

Me animaron a mejorar el asunto, ya que mis inventos no habían sido del todo exitosos y continúe estudiando durante dos años, haciendo nuevas formulaciones, testando, cambiando, y focalizando.

Me compré un destilador, material de laboratorio, comencé a seguir el ritmo de la luna, a recolectar plantas diferentes de los alrededores del caserío y la montaña, a plantar rosas, Aloe veras, caléndulas,...ha hacer oleatos, extractos y conseguir toda la materia prima que podía desde mi proceso, aportando de fuera lo necesario, materia prima inaccesible en mi entorno.

Mientras tanto he estado plena, con ilusión, aprendiendo, despierta, con iniciativa, siendo constante y cuidando lo que hacia, todo eso que se ha ido gestando en estos 38 años. Creo que la vida no tiene sentido si no tienes un proyecto entre manos.

Cuando me quise dar cuenta, tenia 17 productos disponibles, de calidad, con efectos reales y positivos.

Y ahora estas tú, y muchas más que confían en mi trabajo, que lo han probado y continúan cuidándose con mis formulaciones, dándome la oportunidad de llevar la huerta y el monte a vuestra piel y cabello.

Antes de cerrar el capítulo de quién soy yo y por qué este proyecto, quiero que seas consciente, de que toda la elaboración de los productos que adquieras en esta tienda son formulados y elaborados por mí en exclusiva, sin cadenas de trabajo, sin maquinarias industriales y todo a muy pequeña escala. Esto conlleva que quizás hoy el champú que te lleves tenga una forma más aplastada, pese algún gramo más que el anterior, que los tonos del color se vean ligeramente modificados, o que hoy tenga un poquito más de planta que el anterior. 

Los fabrico de manera artesanal y puede que me tiemble el pulso al echar los aceites y me pase, que haga más frio de lo normal  y el producto se comporte de otra manera en la formulación o cualquier otra cosa de este maravilloso mundo de hacer las cosas con las manos y crear productos únicos.

Mila esker. Mil gracias por estar ahí, por confiar y hacer que este proyecto sea posible.

karol